Tras la inactividad de los nuevos propietarios, el Levante logró, mediante la administración concursal, hacerse con las acciones del club para retenerlas en autocartera. Tenía un estilo glamuroso, con prendas que seguían las líneas del cuerpo. El primer exponente fue el estilo preppy: inspirados en los uniformes de escuelas preparatorias -de ahí el término preppy- de los Estados Unidos, estos jóvenes llevaban blazers sin hombreras, camisas abotonadas de tela Oxford, chalecos de tartán, corbatas rep y pantalones de franela o pana ancha acanalada, así como mocasines o zapatos de piel negra o marrón.