La crisis llega hasta tal punto que el club se ve obligado a vender sus marcas y la Escuela de fútbol de Mareo al ayuntamiento de Gijón, por 12 millones de euros, en agosto de 2001. La afición y el equipo se reencuentran en la temporada 2003-04, que había comenzado con muchas dudas por la venta de la última perla de Mareo, David Villa, al Real Zaragoza y la elección como entrenador de Marcelino García Toral, que había descendido con el Real Sporting de Gijón «B» a Tercera División.