Al principio este nuevo estilo fue rechazado, pero en poco tiempo tanto clubes británicos como de otras partes del mundo adoptaron estos pantalones. Ante la posibilidad de un eventual tercer guardameta, con licencia en el primer equipo, se le reservará el dorsal número 22. Los jugadores que eventualmente puedan disputar partidos por su condición de pertenecer a equipos filiales o dependientes deberán de portar un dorsal fijo a partir del número 23 en cada uno de los partidos que intervenga.