El día que se despidió lo hizo lanzando una sentencia que, en aquel momento fue tomada de forma anecdótica, pero que con el transcurrir del tiempo se convirtió en toda una maldición para la entidad y su hinchada: «El Benfica sin mí nunca ganará una copa europea». Desde entonces, los lusos han disputado un total de ocho finales (cinco de Copa de Europa y tres de Liga Europa), habiéndolas perdido todas.